Chiclana se asoma a su trimilenaria raíz fenicia

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Chiclana se asoma a su trimilenaria raíz fenicia

Los últimos hallazgos encontrados en el yacimiento del Cerro del Castillo avalan los orígenes fenicios de la ciudad y la conectan con otros emplazamientos de la misma época como Gadir o el poblado del Castillo de Doña Blanca

Dieciséis años después de los primeros descubrimientos arqueológicos, los orígenes fenicios de la ciudad que ahora conocemos como Chiclana siguen saliendo a la luz en el yacimiento ubicado en el Cerro del Castillo, gracias a los trabajos arqueológicos que realiza el equipo encabezado por la arqueóloga municipal Paloma Bueno, responsable desde 2006 de las investigaciones que se llevan a cabo en esa zona de la localidad.
Así, entre los últimos hallazgos encontrados, Paloma Bueno destaca “un edificio público monumental importante debido a sus dimensiones, con una fachada de unos diez metros de largo, que estuvo revestido con un enlucido realizado con polvo de mármol, que dataría del siglo quinto antes de Cristo, diversas estructuras del siglo tercero antes de Cristo, una figura femenina de terracota, que podría ser una representación de la diosa Astarté, un grafito del que se está estudiando qué tipo de escritura es, así como otros restos arqueológicos, especialmente monedas y fragmentos de recipientes de diversa procedencia”.

Estos hallazgos convierten a Chiclana en una ciudad trimilenaria

Unos restos que unidos a los encontrados en la calle Ánimas, unas dependencias de trazado octogonal con hornos, estructuras para secadero y conservación de alimentos, material cerámico así como huesos de animales y recursos marinos como conchas de almeja, vértebras de atún y ostiones, parecen indicar, a juicio de la responsable de las investigaciones que “estamos ante el trazado de una ciudad fenicia en la que la parte más próxima al río tendría un carácter industrial, mientras que la correspondiente a la nave municipal sería de carácter más residencial y que constituiría la Acrópolis, en la zona más elevada de la localidad”. Una hipótesis que deberá ser confirmada con las nuevas excavaciones que se están realizando mientras se avanza en las obras del que será el del futuro centro de interpretación del yacimiento fenicio “Nueva Gadeira”, que dirige la Oficina de Proyectos del Ayuntamiento de Chiclana.

En este sentido, Paloma Bueno considera que lo descubierto hasta ahora certifica que “los fenicios colonizaron diversos puntos de la Bahía de Cádiz, cuando navegaban por todo el Mediterráneo en busca de metales y otros productos que comerciar, siguiendo un patrón en sus asentamientos. Una ubicación en altura y un recinto amurallado que les diese seguridad y capacidad de control de la zona; la cercanía a un rio y a su desembocadura, donde establecer una colonia, no por intereses de ocupación de territorio, sino para comerciar”, recordando que “en aquella época, unos tres mil años atrás, la desembocadura del rio Iro estaría situada en lo que hoy es la Plaza de España”.
Asimismo, la arqueóloga destaca que “las fuentes griegas hablaban de esta zona como las Gadeira, plural del término Gadir que significa recinto fortificado, por lo que es muy probable que hiciesen alusión a las ciudades fenicias de Cádiz, Chiclana y la situada en el yacimiento de Doña Blanca, en El Puerto de Santa María.

Desde entonces, los trabajos dirigidos por Paloma Bueno han sacado a la luz una amplia variedad de restos que arrancan en el Bronce Final, entre el 1250 al 850 antes de Cristo, como huellas de un fondo de cabaña y cerámicas elaboradas a mano, elementos de la época fenicia, así como romanos y almohades.

Unos hallazgos que, en definitiva, han servido para reescribir la historia de Chiclana que, hasta entonces, se creía fundada en 1303 cuando el rey Fernando IV de Castilla se la entregó a Alonso Pérez de Guzmán, primer duque de Medina Sidonia, conocido también como Guzmán el Bueno, y que le añaden otros dos mil años de antigüedad a la ciudad.

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